
Una de las «grandes reflexiones» que tienen muchas personas cuando terminan una programación nutricional o de entrenamiento, es por qué no han conseguido el resultado esperado, dejando muchas veces en entredicho el trabajo del profesional. Sencillamente se resume en lo siguiente: el resultado es proporcional al esfuerzo/sacrificio que has hecho durante la programación, es decir que si de 7 días que tienen la semana haces 4 o 3, pues querido ese será tu resultado, si tu esfuerzo es de 5, tu resultado será de 5. Qué quieres, ¿un milagro?
Cuando tus resultados no son los que tenías en mente plantéate seriamente que tienes que hacer más que lo que has hecho aunque pensarás que es un sobre esfuerzo, no, no lo es para lo que quieres. Me ha pasado alguna que otra vez chicos que querían ser Ronnie Coleman sin entrenar como él, sin comer como él y sin hacer lo más mínimo…Que quieres, los milagros a Lourdes por favor. Si quieres tener un six pack hay que entrenar de six pack y comer para un six pack, en otras palabras, olvídate del exceso de vida social que tienes y de dedicarle todo tu día al trabajo, porque para conseguir resultados hay que ser disciplinado y estricto. Aquí no vale la psiconutrición, la delicadeza, la flexibilidad,etc.
En resumen, querer no es poder, querer es HACER.
Tu nutricoach, Cristina Miguélez
Por una alimentación saludable y sostenible 🙂